Es más fácil pensar, criticar y comparar que tomar acción, pero eso solo te deja en el mismo lugar. Lógicamente es necesario evaluar los riesgos y oportunidades de una nueva acción en tu negocio, pero si no te fijas un plazo de tiempo determinado para su ejecución, nunca ganarás.
Puedes tener 1000 ideas en la cabeza que, si no las llevas a cabo, se perderán. Conforme pasen los días y las intentes mejorar, no te parecerán tan buenas ideas, las desecharás y estarás perdiendo tu oportunidad de mejorar.
¿Quieres ganar? Tienes que actuar.
No busques la perfección, no existe
Todos coincidimos en que tomar una decisión de forma impulsiva no es lo más recomendado, mucho menos si se trata de negocios. Pero pensar más de la cuenta puede ser perjudicial porque solo se consigue que la idea se estanque, especialmente si queremos que salga perfecta.
Y es que la perfección en un negocio no existe. Todos los aspectos que están en manos de la empresa pueden estar correctamente planificados y todo bajo control, pero influyen muchos otros factores.
Lo que hagan tus competidores, las decisiones que tomen tus clientes, el momento en el que realices tus acciones, así como la oferta y demanda que haya es determinante para que tu idea se convierta en un éxito, un fracaso o un intento más de ganar.
Debes entender que es más importante que esté hecho a que esté perfecto, porque una vez que comiences a llevarla a cabo, podrás modificarla o mejorarla.
Toma acción hoy y gana mañana
Puedes ser más o menos arriesgado, sin embargo, planificar y organizar no va reñido con ir dando pequeños pasos que te vayan acercando a tu objetivo. Así que, ¿tienes la idea? Da ese primer paso. Porque ejecutar no es sinónimo de poner toda la carne en el asador, sino de que ya ha comenzado y ahora toca darle forma y esperar resultados.
Cuando se tienen ideas en el ámbito digital, algunas requieren de una inversión -más o menos pequeña- y muchas otras no. Algunas acciones digitales se basan sobre todo en constancia, por lo que el día que comiences a hacer realidad esa idea, debes seguir día a día desarrollándola.
Recuerda que lo más importante es tomar acción, porque la mente se distrae con facilidad y cuando tomamos acción la enfocamos a un objetivo
Otra gran ventaja que nos ofrece la tecnología es la medición de nuestras acciones. Para optimizar y mejorar tu idea inicial, empieza a ejecutar y entonces podrás valorar cómo modificarla o rediseñarla para adaptarla a lo que tu audiencia demanda sin perder de vista tu objetivo.
De uno en uno, mejor
He visto como muchos clientes habían tomado una decisión, habían dado el ok a una idea y luego, a los días, han decidido cancelarla. Esto ocurre porque muchas veces vemos un objetivo como un todo, vemos que es muy grande, que es casi imposible o -lo que generalmente echa para atrás- arriesgado.
Sin embargo, si vamos paso a paso, si lo desgranamos y desarrollamos los diferentes tiempos y acciones de ejecución veremos que es mucho más factible lograrlo. Lo ideal es ir sin prisa, pero sin pausa, un poco más cada día, teniendo paciencia, pero sin caer en la desmotivación.
En el pensamiento no hay riesgo, es lo fácil y, a la vez, nuestro peor enemigo para avanzar. Los negocios tienen muchas oportunidades, aunque la mayoría de las veces solo las llamamos ideas, y sin ejecución siempre acaban igual: perdidas.
Empieza acompañado
Si quieres empezar sin caerte, lo mejor es hacerlo acompañado. Pero no del primero que te encuentres por el camino, sino de aquel que sabe cómo ayudarte a dar los pasos más acertados.
Para tomar las primeras decisiones, no sentirse cansado y desmotivado y lograr que esas ideas iniciales sean realmente acciones, necesitas contar con una Oficina Técnica Digital. Esta figura será esa mano que necesitas para no tropezar y, si lo haces, levantarte hasta llevarte al camino que buscabas.