«Recuerdo a menudo las frases que decían mi madre o mi abuela y no se me ocurre digitalizarlas. Sería como explicar un chiste. “Tú, con tal de llevar la contraria”, diría mi madre. Tal vez sí, o que soy demasiado analógico.
Imaginé Internet leyendo Scientific American años antes de que se inventara. Impulsé empresas de servicios en Internet, intentando contribuir a un desarrollo social más inclusivo, en el cambio de siglo. Sin embargo, hoy, y sin necesidad de pandemias, me veo cada día más aislado (¡Tú, con tal de llevar la contraria!) ¿Será por el predominio de lo digital?
No dejo de hacer analogías. Por ejemplo: de lo digital con lo definido; de lo definido con las líneas geométricas; de éstas con el dibujo y de éste con la abstracción; de la abstracción con la separación y de ésta con el aislamiento. El vehículo digital nos conduce (por) la vida, pero, tal vez (analógicamente hablando), nos la roba.
Dijeron, el milesio Anaximandro en el siglo VI a.c. y la Teoría Cuántica en el XX d.c., que los principios de la vida están indefinidos. Podría añadir yo que a cada relación humana le toca determinarlos. Pero no, no quiero pasarme de analógico. »