Llevo 8 meses sin ver a mi compañero de departamento y sin embargo siento que estamos más unidos que nunca. En mi caso esta situación ha sido por empalmar una baja de varios meses con el dichoso confinamiento, pero cuando ayer calculamos cuánto hacía que no nos veíamos nos quedamos de piedra.
Entre sus vacaciones y las mías vamos a estar casi un año sin habernos visto, y sin embargo, a ambos nos sorprende que hemos trabajado igual de bien que siempre, o incluso mejor. Estando en la oficina hay mil y una distracciones (teléfonos sonando todo el día, atender clientes que entrar físicamente…), pero en casa la concentración es máxima y ambos somos más productivos.
Teletrabajando en equipo
Aunque algunos compañeros que sí tenían que hacer salidas físicamente a clientes ya se incorporaron semanas atrás, nosotros dos seguimos teletrabajando y esto nos ha unido más que nunca.
Llamadas internas, correos y chats hacen que estemos en todo momento comunicados, pero sobre todo, que tener buena comunicación entre nosotros ha sido (y es) lo más importante. Saber qué hace tu compañero, organizar juntos la semana para que el trabajo salga adelante y ayudarnos mutuamente en cualquier momento han sido la clave.
Ambos sabemos a lo largo de la jornada en qué está trabajando el otro, cuando algo se atasca nos conectamos por remoto si hace falta para ayudarnos y si juntos no encontramos solución, por lo menos compartimos nuestra frustración.
Confianza para ser mejores
Parece complicado hacer un buen equipo (en mi caso pareja, porque somos dos) a distancia y a la vez sentirte tan cercano como cuando estás en la oficina.
La clave para conseguirlo es conseguir esa confianza que encontramos a lo largo de la vida en muy pocas personas.
Eso no siempre es fácil. Si echo la vista atrás y repaso todos los compañeros con los que me he cruzado en la vida, con muy pocos podría tener el ritmo de trabajo que tengo ahora mismo con mi actual compañero.
Lógicamente llevar dos años trabajando juntos previamente hace que nos conozcamos a la perfección. Y si con el paso del tiempo tienes la suerte de que la relación de compañero deriva en una gran amistad, el trabajo en equipo va a ir sobre ruedas.
Pero todos sabemos que no es posible conseguir esa sintonía con cualquier persona, por más años que pases a su lado o por más experiencias que pases con él. Hay personas que conectan y otras que no, eso nos ha pasado a todos a lo largo de nuestras carreras.
Y aunque si ambas personas son realmente profesionales trabajarán correctamente, creo que es mucho más productivo para una empresa y el propio trabajador cuando existe esa confianza de la que hablo. Cuando no hay “distancia” estés donde estés. Y de momento tengo la suerte de formar parte de ese tipo de equipo.
Cercanía con clientes “en remoto”
Y esta situación de confinamiento también ha servido para estrechar lazos con clientes desde la distancia. Antes solías resolver muchas cuestiones con una llamada de teléfono o un correo, ya que parecía estar al alcance de todos. Pero ahora todas las empresas se han adaptado a trabajar por remoto, y los que estaban más rezagados en el mundo digital, se han puesto las pilas.
Ahora es habitual que cualquier día tengas varias videollamadas o que un cliente te mande un audio por WhatsApp explicando lo que necesita. Esta situación de evitar el contacto físico nos ha mejorado como profesionales a todos, y eso, nos hace estar más cerca que nunca los unos de los otros.
Así que una de las cosas positivas de la situación que hemos vivido los últimos meses para mi es que estar distanciados nos ha acercado más que nunca a todos, compañeros y clientes, forjando una relación mejorada.