Una de las peores sensaciones en cualquier negocio es el aburrimiento. Nos hace entrar en una rutina en la que hemos perdido el entusiasmo, pero tampoco nos atrevemos a provocar un cambio. Hacemos las cosas de una manera mecánica, que funciona, pero que día tras día, hace que sea aburrido.
Y el aburrimiento es precisamente el peor enemigo que puedes tener como vendedor. Vas a trabajar con la sensación de que te vas a enfrentar más o menos a las mismas situaciones de siempre, pero con clientes diferentes.
Es un estado incluso mucho peor que al de estar enfadado, porque cuando estás molesto profesionalmente al final reaccionas y, la mayoría de las veces siempre es para mejor. Sin embargo, el aburrimiento te atrapa. Porque es muy cómodo no cambiar, no arriesgar y hacer que cada día sea parecido al anterior.
Pero es necesario dejar de sentirse así y preguntarse, “¿cómo puedo hacer que mi negocio vaya mejor?”, “¿cómo puedo sentirme profesionalmente feliz y satisfecho con mi trabajo?”.
Y con estas dos cuestiones, en las que te planteas tu vida laboral y estado emocional, es por donde tienes que empezar. Si no escapas de hacer lo mismo siempre, afectará a tu negocio, así que, si te sientes así, ten claro que aburrirse no es una opción.
Transmites lo que eres, perciben lo que sientes
No importa que no tengas un perfil comercial, todos en nuestro trabajo vendemos de algún modo. Porque de lo que sabemos, no necesitamos convencer, realmente sabemos lo que funciona, lo que hay que hacer. Es decir, transmitimos lo que somos. No lo podemos evitar.
Cada uno tenemos nuestro estilo propio y, aunque para cada cliente le demos un enfoque diferente, siempre dejamos una huella de lo que somos. Por lo tanto, si estás aburrido de tu trabajo, se va a ver reflejado en tus diseños, en tus contenidos, en tus presentaciones. Y eso se nota, los clientes perciben las sensaciones que transmites.
Un comercial aburrido es un vendedor sin poder de convicción, que no va a saber plasmar su entusiasmo en sus oportunidades de venta. Pero lo mismo ocurre con cualquier otra profesión, sin la “chispa” de querer innovar, de arriesgar, de salirse de lo normal, nos estancamos y transmitimos a un profesional sin ilusión y, eso, aleja a los clientes.
Quien no innova no gana
No importa en el área en la que trabajes, las cosas siempre pueden cambiar, pueden mejorar y que te sientas mejor en el ámbito laboral. Y para responder a las dos cuestiones que planteábamos al principio (mejorar en tu negocio y sentirte contento con tu profesión) casi siempre la solución es la misma: innovar.
En otros post he hablado de la creatividad y de la inspiración, de lo que cuesta a veces que surja y de lo poco que a veces se valoran esas profesiones en las que la creatividad es el 90% del resultado de un trabajo. Así que para innovar también hay que ser creativo, inspirarse en lo que otros negocios han hecho, en los cambios que otros profesionales han llevado a cabo y los resultados que han obtenido.
¿Y cómo se consigue? Pues hay diferentes métodos para tomar ideas, escapar del aburrimiento e “invocar” a la creatividad. Hacer una lluvia de ideas, mapas mentales o, entre otros, el método SCAMPER, que consiste en hacer 7 acciones de mejora en las que Sustituir, Combinar, Adaptar, Modificar, Poner en otros usos, Eliminar y Reformar el problema que tienes.
Si quieres tener un negocio innovador y profesionalmente “sentirte vivo”, no puedes estar aburrido, debes desplazarlo y cambiar el chip. Toma las riendas de tu vida laboral, sal de tu zona de confort y busca ese nuevo enfoque para que tu profesión sea la que te hace sentir realizado.
