(…en el presente…abril 2020)
En estos tiempos inquietos por la quietud obligada, releo a Marina Garcés: «Solo merece ser pensado aquello que, de una forma u otra, contribuye a hacernos mejores». Y me pregunto si merece la pena pensar en nuestra digitalización o ya, directamente, nos dedicamos a digitalizar nuestro pensamiento.
(…en el futuro)
En estos tiempos entre paréntesis, en los que la movilidad es un objeto de la imaginación, viajo unos años adelante (surfeando otros cuantos paréntesis más) y me encuentro con los médicos de lo digital. Ya pasó el tiempo de preguntarse por si digitalizamos nuestras vidas. La sanidad del sistema ya solo se preocupa de patologías digitales (gripe digital, cáncer digital,…). Y no, no es que se ocupe más de las máquinas que de los humanos. Lo que inquieta es el sistema. Su salud.
(…en el pasado…Chernóbil)
En estos tiempos memorables en los que los trajes, de repente, ya no nos valen, evoco otro momento memorable del pasado y convoco estas palabras de Svetlana Aleksiévich: «En Chernóbil se recuerda, ante todo, “la vida después de todo”: los objetos sin el ser humano, los paisajes sin el ser humano, un camino hacia la nada, unos cables hacia ninguna parte. Hasta te asalta la duda de si se trata del pasado o del futuro».