Hay días y días, todos lo sabemos. Hay veces en los que todo sale del revés y otros en los que parece que hemos estirado el tiempo más de lo posible. Pero independientemente de si un día es “bueno” o “malo”, hay trabajos en los que la creatividad es necesaria constantemente.
El Marketing Digital es uno de estos sectores. Diseñadores, redactores, community managers… Todos tienen que recurrir cada día a su propio ingenio para hacer campañas atractivas, destacar frente a competidores o adaptarse a las exigencias de sus clientes.
Hay días que en los que resulta sencillo, pero otros nos sentimos como si no hubiera forma de ser originales. Entonces, ¿qué podemos hacer cuando la inspiración no quiere venir? ¿Hay alguna forma de invocar a nuestras propias musas?
Silencio inspirador, ¡aprovéchalo!
A lo largo de los años me ha tocado trabajar desde casa, a veces sola y otras incluso con niños cerca, también en empresas donde los teléfonos no paraban de sonar o el ruido era constante. Pero sin duda, trabajar sin distracciones es el primer paso para que llegue la inspiración.
Como muchas veces no podemos adaptar nuestro puesto de trabajo a un entorno silencioso, debemos anticiparnos a esos momentos del día más estresantes e intentar pensar y poner todo nuestro “empeño inspirador” en esos ratos tranquilos.
Cuando trabajaba de forma autónoma, prefería madrugar y aprovechar ese silencio sepulcral que hay a las 7 de la mañana para organizar todo lo que más adelante iba a desarrollar. Si eran artículos, aprovechaba para pensar ideas, tomaba anotaciones, incluso escribía párrafos sueltos. Con un esquema y con ideas originales pensadas previamente, luego es mucho más fácil terminar el trabajo, aunque las condiciones que te rodean no acompañen.
Y tengo más que comprobado que a primera hora del día, cuando incluso no has llegado a tomarte el primer café de la mañana, es cuando mejores ideas aparecen por tu cabeza. Todavía no estás saturado de problemas que has ido acumulando a lo largo del día, tampoco te ha dado tiempo a empezar a agobiarte, y por eso, es esencial aprovechar esa lucidez que te da la mente cuando no la has sobresaturado.
“Quien bien te quiere, te hará brillar”
Tomo prestado esta frase de la conocida influencer La Vecina Rubia para dar otra pista de dónde se puede encontrar la inspiración: en aquellos que te hacen brillar. Y como “brillar” me refiero a ser más feliz, a centrarte, a sacarte una sonrisa, a ver la vida con optimismo e ilusión, a quererte a ti mismo y a los demás. Esas personas que nos rodean y a veces son amigos del alma, tu pareja, tu familia y otras son compañeros de trabajo o incluso el camarero al que le pides el café por la mañana.
Esa gente que te hace sentir bien, y que independientemente de la confianza que tengas con ellos sientes que sacan lo mejor de ti, pueden ser una fuente de inspiración sin que seas consciente. ¿Cómo? Compartiendo con ellos proyectos, preguntándoles por varias ideas que te rondan por la cabeza, analizando sus críticas y opiniones. Ellos pueden ser la mejor guía, sin que lleguen a ser conscientes, para encauzar tu creatividad.
Organiza y triunfarás
Y aunque seguramente las personas que por naturaleza no son ordenadas no estarán del todo de acuerdo, tengo comprobado que organizando todo previamente es más fácil que las cosas salgan adelante, incluida la inspiración. Para ello lo mejor es hacer una organización del espacio de trabajo, después de tu tiempo, y por último del proyecto en sí.
Es imposible conseguir la concentración que la creatividad requiere si tu mesa está desordenada, con vasos de café acumulados, bolígrafos desparramados… Si quieres inspiración, ordena, tira lo innecesario y despeja tu mesa para llegar a despejar tu mente.
Después, organiza el tiempo, utiliza los recursos y herramientas gratuitas que puedes encontrar en internet para planificar cuántas horas dedicar a cada fase y, sobre todo, ¡llévalas luego a raja tabla! Y, por último, organiza cómo va a ser el desarrollo de tu proyecto: lee mucho para inspirarte en otros y dale vueltas en tu cabeza en esos momentos del día en los que hemos comentado que estamos más lúcidos.
La inspiración viene cuando quiere, está claro, pero cuando nuestra profesión exige sacarla de dónde sea, es necesario aprovechar todo a aquello que nos la consiga exprimir al máximo. Y por supuesto, nunca cierres la puerta a ideas que puedan servir para tus proyectos, porque a veces llegan cuando estamos damos dándonos una ducha y incluso cuando estamos en medio de una conversación con amigos.
Apúntalas en tu móvil, haz foto si la idea viene de una imagen y déjalas preparadas para tu momento de desarrollo. Los trabajos creativos tienen una jornada determinada para hacerlos, pero …
la inspiración ronda nuestra mente las 24 horas del día, ¡no la dejes escapar!