Recuerdo perfectamente el momento en el que la primera de mis amigas me dijo que desde ese día en su empresa iban a trabajar desde casa. En ese momento la realidad del COVID-19 no era tan preocupante como hoy en día, pero en mi mente un piloto se activó con una gran señal de alerta. ¿íbamos a acabar todos tele-trabando? ¿Qué supondría ese cambio radical? Solo pasaron dos días cuando me comunicaron que yo también trabajaría desde casa.
En ese momento no sabía lo afortunada que debía sentirme por poder realizar mi trabajo cómodamente desde casa, otros no tienen, ni tendrán, la misma suerte que yo: médicos/as, farmacéuticos/as, cajeros/as de supermercado… y otros tantos profesionales que deben de seguir al pie del cañón por el bien común.
Siempre había querido trabajar desde casa y ver si de verdad era tan complicado como todo el mundo decía. “Trabajarás más de lo que trabajas en la oficina”, “Vas a aburrirte mucho sin hablar con nadie” son algunas de las primeras frases que oí. Sin embargo, lejos de la realidad, para mí la experiencia de teletrabajar ha sido enriquecedora y doy gracias a la tecnología por permitir que sea posible.
Porque sin programas de conexión remota, aplicaciones para hacer videollamadas en grupo, chats… No sería posible trabajar tal y como lo hago en la oficina, manteniendo la comunicación con todos mis compañeros. No solo soy igual o más productiva, también ha supuesto un confort en mi vida al evitar perder el tiempo en trasladarme de casa a la oficina y viceversa.
Bien es verdad que como humanos sociales que somos necesitamos el contacto y comunicación con otros humanos. Pero como decía, la opción de comunicarse vía chat o webcam hace posible el trabajo en equipo, haciendo mucho más llevadero el tele-trabajo.
El COVID-19 ha llevado a gran parte de la sociedad a experimentar cómo es trabajar desde casa con todos los pros y contras que eso supone. Los empresarios han tenido que confiar en que sus empleados sean eficientes trabajando de este modo y quien sabe si esto llevará a cambiar la visión que la sociedad tenía de esta modalidad de trabajo.
¿Será a partir del coronavirus mejor visto el tele-trabajo? ¿Se fomentará más la conciliación familiar? No sabemos cuándo acabará esta situación, pero lo que está claro es que el COVID-19 supondrá un cambio en los modelos de trabajos actuales y futuros.