Necesitamos medir todo o, al menos, compararlo con algo conocido (medir; al fin y al cabo).
- Aquello que queremos controlar, aquello que queremos mejorar, lo medimos:
- Me levanto a las 07:30, porque entro a trabajar a las 09:00 y necesito 90 minutos para ducharme, desayunar, vestirme y llegar al trabajo.
- Hago una dieta de 1.500 calorías, porque quiero/tengo que adelgazar 7 kilos.
- Tengo que vender un 10% más si quiero conseguir los objetivos (otra medida).
- Hasta los niños pequeños te dicen “Te quiero 1.000”, su manera de “medir el cariño”.
Se atribuye a Peter Drucker la frase de “Lo que no se mide, no se puede mejorar”, aunque realmente es de Lord Kelvin, si, el de los grados Kelvin.
Imaginaros que vais a un endocrino o nutricionista para perder peso. ¿Cuál es la manera de saber si funciona?… Exacto… ¡pesándoos! Hay que medir, para saber dónde se está y saber a dónde se quiere llegar.
Ahora es cuando empezáis a pensar en cosas que no se pueden medir, como por ejemplo el amor, la felicidad, ….
Efectivamente, hay una parte, llamémosla “romántica”, que no es medible. No es que no sea medible, es que no la comprendemos, no sabemos bien como funciona, no terminamos de entender qué sucede para que ames más o menos, seas más o menos feliz.
La felicidad o el amor no dejan de ser reacciones químicas, físicas y eléctricas y eso se puede medir. Gracias a Dios, todavía no venden en los Super máquinas para medirlas…. pero, como todo, la ciencia avanza y algún día se podrán medir de forma simple, rápida y barata.
Otra de las cosas que no le ponemos número es a nuestro estrés. Para “cuantificarlo” utilizamos: mucho, más, menos, … Quizá es que nadie le ha puesto medida, no existen los kilos de estrés o lo kilómetros de estrés, o gigas de estrés, pero sí que existen un montón de medidas que, comparándolas, nos pueden decir cuan estresados estamos, y no solo eso, ayudarnos a gestionar de forma consciente nuestro estrés.
Respiración, tensión muscular, variabilidad cardiaca, temperatura, conductancia, …. Todo esto, se puede medir y lo puedes trabajar para aprendas a gestionar tu estrés.
Todo lo que sea aprender a gestionar nuestro estrés para estar MENOS estresado, es bueno, pero ¿Cuánto es MENOS? Y lo más importante ¿MENOS será suficiente?
Si notas que necesitas algún número para aprender a gestionar tu estrés, el biofeedback te podrá ayudar.