Hace 25 años que no os escribo una carta, pero este año me ha entrado nostalgia al ver como mi hijo lleva semanas pensando en vosotros. Bueno, nostalgia solo no, confieso que también un poco de envidia.
Y es que lógicamente, como es propio en un niño de 5 años, lo que él pide son todo cosas materiales (juguetes, cuentos y muuuchos coches) y yo, precisamente, quiero pediros un aporte EXTRA de lo que él aún tiene y todavía no es consciente de lo que realmente vale: ilusión, confianza y valor.
Para Melchor:
Melchor, a ti te pido algo que todos dejamos en parte el pasado 2020: ilusión. Porque no importa lo positivo que uno sea o que intentemos afrontar todo con optimismo, el 2020 fue demoledor para todos y el 2021 ha seguido un tanto parecido.
Muchas personas han perdido en estos dos años a seres queridos y otras lo han pasado realmente mal, tanto a nivel de salud como en el ámbito laboral. Todos, o la gran mayoría, hemos visto cómo nuestro trabajo se veía afectado.
ERTES, empresas que han cerrado, clientes que han tenido que recortar gastos y no han podido seguir contando con nuestros servicios… Así que una pizca ilusión estaría genial para afrontar este 2022 con esa “chispa” que esta pandemia nos ha robado a todos.
Para Gaspar:
A Gaspar le pido confianza, la misma que tiene mi hijo en vosotros. Esa confianza que se tiene cuando eres pequeño en que nada va a salir mal si tu familia está a tu lado. Creo que todos necesitamos recuperarla, confiar REALMENTE en que todo va a ir a mejor, que solo hemos vivido un bache y que podremos salir más fuertes.
Aunque en estos dos años hemos ido remontando, creo que el problema es que llevamos muchos meses repitiéndonoslo y cada vez, esa confianza va mermando, así que me encantaría que este año podáis repartir un poco de ella.
Para Baltasar:
Y para Baltasar me reservo el regalo que creo que es más difícil de conseguir, sobre todo, tras todo lo que hemos vivido: valor. Ojalá volviéramos a sentir esa fuerza interna de cuando éramos niños en la que sentíamos que podíamos con todo, que nos comeríamos el mundo.
Ojalá todos pudiéramos dejar de tener miedo y contar con el coraje para hacer/pedir/conseguir lo que realmente queremos y necesitamos. Y hablo en plural porque creo que no soy la única.
En 2020 vinieron tiempos de cambios y ya se han establecido para quedarse. Y todos necesitamos ese valor para arriesgar en nuevos proyectos sin titubeos, de mejorar profesionalmente hacia lo que realmente nos conviene, de dar un cambio radical a nuestro negocio si es lo que nuestros clientes piden.
La ilusión, la confianza y el valor están innatos en nosotros, pero no sé en qué momento de nuestra vida se van desvaneciendo.
Sé que no es fácil conseguirlos. Tampoco es justo escribiros solo cuando los problemas se complican. Pero como decía al principio, quiero recuperar estos tres sentimientos y voy a poner todo mi empeño en ello.
Y ojalá que no sea la única con estos deseos, porque, aunque han seguido surgiendo proyectos en estos meses, en todos ellos faltaba una pizca extra de ilusión, confianza y valor.
Gracias por vuestro tiempo,
Hola Laura,
gracias por esta carta tan entrañable que nos transporta a la más tierna infancia… y ya que estoy, añadiría una petición más, si me lo permites, para aquellos que acaban sufriendo por lo que no esperaban:
La visión real del mundo en el que vivimos.
Recuerda que los optimistas también mueren, y antes que los demás.
La ilusión, la confianza y el valor que pides han de centrarse en una realidad que no es tan horrible como para negarla, ni hace falta maquillarla con un positivismo extremo. La vida en sí misma tiene tanto valor y tantos momentos extraordinarios como devastadores. Ahí está el equilibrio, saber para vivir felices con lo que nos toca a cada uno.
Sólo entonces, dentro de una realidad aceptada, la ilusión, la confianza en uno mismo y el valor para afrontar todo, – nunca exagerado bajo un optimismo contra todo pronóstico -, es justo lo que necesitamos.
Gracias chatina !!