Cuando haces una entrevista de trabajo una de las aptitudes que te piden, sea cual sea tu sector profesional, es el trabajo en equipo. Es obvio, ¿no? Casi no tendría que ser una exigencia puesto que, al menos que seas autónomo o freelance, siempre vas a trabajar con alguien. E incluso en esos casos en los que “trabajamos solos”, nos apoyamos en otras personas en muchos sentidos para que nuestro trabajo salga adelante, aunque a veces no seamos ni conscientes de ello.
Por eso, una vez que te contratan y empiezas en tu puesto llega el momento de demostrar qué tal se te da eso de “trabajar en equipo”. Y no es tan fácil, ¿verdad? Los compañeros de trabajo son las personas con las que más tiempo pasamos a lo largo del día, sobre todo los que trabajamos a jornada completa y en turno partido. Pasas más horas con ellos, e incluso a veces hablas más, que con tu propia familia (por lo menos de lunes a viernes).
Para que nuestra jornada laboral fuera perfecta, lo ideal sería que realmente hubiera un buen ambiente, que pudieras apoyarte en tus compañeros, aprender de ellos y enseñarles lo que puedas aportar… Pero, por desgracia, no siempre es así, ¿verdad?
Todos hemos tenido un vecino insoportable, o un conocido al que no tragamos por más años que pasen, o a ese amigo de tu pareja que te toca “sufrir” en cada celebración… Pero un compañero de trabajo con el que no te llevas bien puede cambiarte la vida. Puede hacerte no querer ir a trabajar o estar en tu puesto desmotivado, con miedo incluso de cada cosa que vas a hacer o decir. Y no hablo de bullying, hablo de NO saber trabajar en equipo.
Dime cómo eres y te diré con quién trabajas
He trabajado en radio, en televisión, como redactora freelance, en tiendas pequeñas y en grandes multinacionales y he conocido y visto de todo. Como en el sector comercial, en mi caso “estaba de paso”, no tenía grandes aspiraciones, simplemente hacer mi trabajo lo mejor posible, ganar dinero y pasar mi jornada. Y así pasaba con la mayoría de mis compañeros, que eran ingenieros, licenciados en Derecho, profesores… Pero en el mundo de la Comunicación fue diferente…
Cuando estudias por vocación lógicamente quieres aprender y trabajar cuanto antes, pero creo que nadie debe olvidar que la profesión no está por encima de todo. He tenido compañeros capaces de mentir a un jefe para que sea tu palabra contra la suya, que se han asignado tu trabajo como suyo o que cuando creías que se había forjado una amistad te han dejado en la estacada.
También he tenido compañeros que no sabían lo que era trabajar en equipo porque no sabían ni siquiera lo que significaba trabajar. Cuando estuve en Canal Nou, la Televisión Autonómica Valenciana, (que D.E.P.) roté en la producción de diferentes programas y en uno de ellos mi “mentor” se pasaba TODA la jornada laboral preparando sus clases de inglés para la Escuela de Idiomas. Cada dos días, me hacía ir al almacén con un carrito de la compra a por folios, bolis y lo que me diera la gana coger… Y así pasaron 4 meses en los que me saqué un C1 de valenciano, pero no aprendí nada nuevo de mi profesión.
Más tarde cerró la cadena de televisión después de toda una vida, aunque al fin y al cabo parecía lógico tras conocer la motivación de alguno de sus trabajadores… Y entonces, empecé mi andadura en el Marketing Digital. Mis compañeros me enseñaron las primeras nociones del mundo online, aunque algunas prácticas con pinceladas de Black Hat SEO, y mientras yo aprendía ellos jugaban. Sí, jugaban al fútbol desde el ordenador día sí y día también, siempre y cuando el jefe no pululara por allí cerca.
Divide y vencerás
Y por supuesto, trabajar en equipo no solo depende de ti mismo y el tipo de compañeros que te “toquen”, tu jefe tiene mucho que aportar. Como decía al principio, en todas las entrevistas las empresas esperan que digas “me encanta trabajar en equipo”, pero luego en muchos casos tienen miedo de la “piña” que hagas con ellos sea demasiado cercana.
También he tenido jefes que a pesar de esa apariencia de que todos sus empleados trabajaran en la misma dirección, realmente buscaba el enfrentamiento. Y eso solo lleva a generar un patio de colegio con niños adultos, mal ambiente, baja productividad y pocos beneficios para el negocio.
¿Es mejor trabajar solo o en equipo?
Al volver a Zaragoza empecé a buscarme proyectos por mi cuenta y durante mucho tiempo he trabajado como freelance desde casa. Las horas que quería, los días que me apetecía, algunos días en pijama, otros desde el sofá… Está bien trabajar solo, pero como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes y el que yo notaba más importante era que me faltaban compañeros.
Cuando llegaba mi marido a casa podía contarle lo que había hecho, pero no es lo mismo. Echaba de menos compartir experiencias sobre tu profesión que solo tus compañeros conocen, reírte de chorradas del día a día, tomarse el café hablando de la serie que viste la noche anterior… Porque puede haber compañeros con los que te lleves mejor o peor, pero creo que a todos nos viene bien trabajar en equipo.
No solo laboralmente o para aprender los unos de los otros, sino porque socialmente lo necesitamos. Y ojo, que actualmente tengo unos compañeros de 10 que no cambiaría por nada, pero también echo de menos pasar más horas con mi familia o administrar mi trabajo a mi manera, pero es difícil disfrutar de ambas cosas en una misma profesión.
Después de estudiar una carrera de 4 años, hacer dos máster y aprender dos idiomas, tengo clarísimo que de nada me hubiera servido sin mis compañeros. Sin todos aquellos los que me he encontrado a lo largo de mi vida laboral. Desde aquella que me hizo creer que teníamos una amistad más allá del trabajo, hasta los que han sido unos vagos o me han hablado con desgana. Todos absolutamente me han enseñado algo.
Aunque, sobre todo, los compañeros que he tenido desde que dejé de trabajar como freelance son los que me han enseñado, que trabajar en equipo no es una utopía.
Amistad y trabajo no solo pueden ir de la mano perfectamente, sino que así el día a día es más productivo y, en definitiva, mejor.