Trabajo y amor

El amor lo experimentamos con nuestra pareja, familia o amigos, pero también con nuestra profesión, cada uno con una historia diferente

Si has abierto este post esperando leer una romántica historia de amor entre compañeros, siento comunicarte que no es ese tipo de relación de la que quiero hablar. Y es que este artículo NO trata de las relaciones amorosas que pueden surgir en un trabajo, sino directamente ese amor CON nuestro trabajo. Y como ocurre en el amor, cada caso es diferente y hay relaciones de todo tipo.

Tu profesión, un amor a primera vista

Los que no creen en los flechazos amorosos es porque nunca los han vivido. En el ámbito laboral ocurre lo mismo, porque por supuesto que existen los flechazos, solo que es algo que no le ocurre a todo el mundo. Suele tratarse de un empleo que no esperabas y descubres que te encanta y que no sabes cómo has podido estar todo ese tiempo sin hacerlo. A veces los has buscado durante años y por fin los consigues encontrar y, muchas otras, cuando menos lo esperas te llegan y te cambian la vida.

Trabajos de conveniencia

Del mismo modo que siempre han existido los matrimonios de conveniencia, también existen los trabajos de conveniencia. Esos que ofrecen un buen horario, buen sueldo, pocas responsabilidades y jornadas con un nivel de estrés muy bajo. Así de primeras, ¿quién no quiere eso? Pero en la gran mayoría de los casos, son trabajos que cuentan con empleados desmotivados, no tienen nada que ver con lo que el profesional ha soñado toda su vida y muchos continúan por la comodidad de no experimentar una nueva relación profesional.

Relaciones a distancia

¿Has tenido alguna vez una relación a distancia? Yo sí, sola una y pasó a ser mi marido. Pero extrapolándolo al ámbito laboral, para mi es ese tipo de relación que deseas tener y solo cuando te contratan es cuando por fin empieza vuestra vida juntos. Y es que las relaciones a distancia son pasajeras, tienen una duración determinada, porque más tarde o más temprano hay que dar el paso y vivir juntos, comprometerse…

Matrimonios duraderos

La mayoría de las relaciones laborales que conocemos, sobre todo a partir de los 40 años, son como las de los matrimonios duraderos. Te comprometes a desempeñar un puesto, se te da bien, te gusta y van pasando los años. Como en cualquier relación amorosa, compartes con tu trabajo alegrías, penas, despedidas de gente que te importa, hay días malos, incluso épocas en las que superas baches, pero sigues… No te ves con otro empleo. No tienes el entusiasmo del primer día, pero sabes que ya vas a acabar tu vida laboral a su lado, con el trabajo que te ha visto crecer.

Amor Platónico

Aunque para el filósofo Platón el amor era “la motivación que nos lleva a conocer y contemplar la belleza en sí misma”, en la actualidad se utiliza la expresión “amor platónico” con otro significado. Nos referimos a él como ese amor inalcanzable, que nunca va a ocurrir por las circunstancias que sean. Pues sí, en el trabajo todos tenemos esa profesión platónica que nos parece imposible de cumplir. A mi hijo le encanta preguntarnos qué nos gustaría ser si no nos dedicáramos a lo que llevamos años haciendo y debo confesar (pero no desvelar cuál), que yo también mi amor laboral platónico…

Eterno enamoramiento

Para mí, el estado ideal de una relación con tu trabajo es el de eterno enamoramiento. Ese sentimiento que te hace pensar en él, hablar de él y que cuando estáis juntos estáis tan a gusto que las horas se pasan volando. Ese sentimiento que te da igual si es lunes o viernes, porque trabajar no es una obligación, es pasar la vida haciendo lo que te gusta. No por ello todo es un camino de rosas…

Si estás o has estado enamorado sabes que no siempre todo es perfecto, pero sí que tiene final feliz. Puedes tener días malos, puedes discutir, puedes incluso tener épocas de distanciamiento, pero si estás enamorado, el amor siempre triunfa y el final será feliz. Con tu trabajo pasa lo mismo.

Si estás enamorado de lo que haces y te apasiona lo que te dedicas, habrás encontrado la relación laboral que más te llenará como profesional.

Serás feliz con lo que haces y, aunque a veces haya altibajos, sabrás que merece la pena seguir enamorado. ¿Alguna vez has pensado qué relación te une con tu trabajo? ¿Es el tipo de amor laboral con el soñabas cuando tenías 18 años?