Si tuviera que elegir la frase más escuchada de los últimos dos meses sería “y ahora, ¿qué hacemos, mamá?”. Los niños, a pesar de ser los que mejor se han adaptado a esta situación pandémica, necesitan cambiar de actividad cada 15 o 30 minutos.
Por lo tanto, esa necesidad de saber qué hacer en su futuro más cercano se ha repetido una y otra vez en su cerebro de 3 años. Y no es el único, creo que todos estamos igual.
Necesitamos respuestas que nadie nos puede dar. Las empresas que pueden o tienen iniciativa se están reinventando, pero muchos otros tienen que seguir adelante su actividad como hasta ahora. Sin embargo, la incertidumbre está ahí para todos, como una sombra que nos acecha y que no sabemos cómo va afectar económicamente a nuestro trabajo, a nuestro proveedor, a nuestro mejor cliente.
Lógicamente la salud ante todo, pero justo después viene nuestra familia, nuestro futuro. Y lo único claro que tenemos es que necesitamos ingresos para ello, y entonces la pregunta de “y ahora, ¿qué hacemos?” resuena en nuestra cabeza como un eco que parece que no se va a marchar jamás.
El momento de hacer las cosas mejor
Pero lo hará, no vamos a estar así eternamente. Puede que no sea una normalidad 100% a la que habíamos vivido hasta ahora, pero después será nuestro día a día y el “antes” será la época en la que no hacíamos las cosas del todo bien.
Podemos echar la culpa al Gobierno, podemos quejarnos de que muchas empresas no han hecho las cosas bien, podemos seguir lamentándonos cada día o podemos recapacitar. ¿Quién ha dicho que ahora no es el momento de cambiar?
Ahora más que nunca es la oportunidad de hacer las cosas mejor, de cambiar lo que no nos gusta y de luchar por cómo queremos nuestro futuro.
Nadie ha dicho que sea fácil. Para ello quizá tendrás que enfrentarte a tu jefe y decirle cómo te gustaría trabajar. Igual debes arriesgarte y montar ese negocio online con el que siempre has soñado. Puede que tu producto tal y como lo ofrecías al cliente no te lo pueda comprar ahora, pero si le das una vuelta, puede que des con la idea perfecta para ese futuro que ahora lo ves tan incierto.
Teletrabajar y no morir en el intento
Bueno, y con el teletrabajo ¿qué hacemos? Porque aquí nos han mandado a la guerra sin casco y no sabemos si caeremos o saldremos de esta con alguna lesión. Es decir, en un país donde la cultura del teletrabajo es más bien pésima, nos hemos tenido que adaptar a una realidad en la que podemos estar en casa, pero sin conciliar.
Muchos autónomos o muchos freelance sabían de sobra qué era esto del teletrabajo, pero la gran mayoría de españoles no. Y en mitad de una pandemia, han tenido que librar esta batalla donde la picaresca española ha repartido golpes en ambos bandos.
Por un lado, trabajadores que creían que podrían “colársela” a la empresa trabajando menos y en pijama. Por otro, jefes que creen que estar en casa te da derecho a estar 24 horas disponible a atender sus llamadas o correos de lunes a domingo. No, por favor, eso no es teletrabajo, eso es desconfianza. Y creo que todos nos hemos dado cuenta de que teletrabajo, conciliación y productividad pueden ser los ganadores si ambas partes deciden hacer las cosas BIEN.
Hay que reconocer que este modo de teletrabajo no era la utopía que todos teníamos en mente. Hemos/estamos lidiando con nuestra jornada de 8 horas, con niños en casa, haciendo de profesores y dando nuestro 200% para que todo siga adelante. Pero esta lección que nos ha dado la vida, ha servido para demostrar que el teletrabajo es posible y beneficioso para todos.
Ahora no es el panorama ideal, pero lo será.
Diseña tu futuro hoy
Y aquí estamos, volviendo a lo más parecido a lo que llamábamos rutina. Pero el tiempo va pasando y solo está en tu mano decidir cómo quieres que sea ese futuro cercano. Como empresa, invertir en aquellos cambios que se adapten a esta nueva realidad donde la pandemia va a ser todavía un gran halo en el que nos vamos a seguir viendo envueltos.
Como trabajador, decide si este es el modo en el que te gusta trabajar o es el momento de cambiar. El teletrabajo sí es posible, solo se necesita organización, confianza y buena comunicación en tu empresa.
Entonces, ¿qué hacemos? Pues como siempre, seguir hacia delante, resistir un poco más y mientras, ir diseñando cómo queremos nuestro futuro.