El concepto que tenían nuestros padres y abuelos sobre una profesión difiere mucho a lo que ahora están viviendo muchos sectores. En los últimos 20 años han surgido infinidad de nuevas carreras, especialidades y demandas por parte de cualquier negocio y, todas ellas tienen que ver con la tecnología.
Dentro de este crecimiento de la tecnología destaca la digitalización, una necesidad que ha afectado a todo tipo de negocios tras la pandemia.
Hace 10 años, el porcentaje de empresas que estaban teniendo presencia en el mundo digital era insignificante. 5 años más tarde, muchos se pusieron las pilas y el salto online fue muy notorio. Pero 2020 fue un año decisivo para todos a nivel profesional: “digitalizarse o morir”.
Como consecuencia, surgió la demanda de todo tipo de profesionales expertos en esta materia que ofrecen soluciones a cualquiera que quiera ser visible, vencer y/o crecer en el entorno digital.
Sin embargo, éste varía constantemente y, además, a un ritmo vertiginoso. Del mismo modo que surgieron estas nuevas profesiones en un abrir y cerrar de ojos, surgen actualizaciones de ellas. Y la clave para tener éxito como profesional es la educación.
Formarse y actualizarse
Antiguamente estudiabas, cogías experiencia e ibas creciendo dentro de una empresa. La gran mayoría solo trabajaban en uno o dos negocios diferentes durante toda su vida laboral. La forma de crecer como profesional consistía básicamente en hacer bien tu trabajo, en esforzarte y aprovechar oportunidades cuando otros se jubilaban o cambiaban de puesto.
Hoy en día el panorama es diferente, sobre todo en estas profesiones relacionadas con el entorno digital. Si quieres evolucionar y quieres mejorar, ya no depende de factores externos, está solo en tu mano: la educación.
No hablo de tener una carrera, un par de másters y hablar varios idiomas -que ya sabemos que también se demanda-, me refiero a formarnos en aquello que nos va a ayudar a llegar a donde queremos.
Igual que las empresas tienen sus objetivos, tú como profesional también debes tenerlos. Y sí, la suerte puede ser un factor decisivo para muchos, pero el 90% depende de ti, de lo que sabes y de lo que haces con lo que has aprendido.
Otra de las grandes ventajas que tenemos en la actualidad en cuanto a formación comparado con unas décadas atrás es la accesibilidad. Podemos aprender de todo lo que queramos, desde cualquier parte del mundo, en nuestro trayecto en bus o tomando apuntes en casa, pagando o de forma gratuita…
Llegar a ser el profesional que quieres ser está a tu alcance, solo necesitas una cosa: invertir tu tiempo -y seguramente tu dinero- en formarte y actualizarte.
Ejecutar y mejorar
Lo que nos enseñan desde pequeños es que aprender es sinónimo de estudiar, y no es del todo cierto, ya que este último solo es la primera fase de todo lo que implica la educación. Ningún alumno está preparado si se ha formado, pero luego no lo ha puesto en práctica.
Por lo tanto, para que un profesional del mundo digital convierta sus acciones en éxito, debe realizar estrategias innovadoras e ir mejorándolas cada día. Poner a prueba lo que sabes y hacer cosas diferentes es lo que te ayudará a no estancarte, a diferenciarte y a crecer.
Y cuando pones en práctica lo que has estudiado es cuando la educación te ha mejorado como profesional, como persona, y ayudas a otros a que también crezcan.
Esa constante actualización de conocimientos para muchos es abrumadora, una profesión que requiere mucho esfuerzo mental e inversión de tiempo que parece que no siempre se transforma en resultados. Pero te garantizo que sí.
Lo que para muchos es agotador a mi me resulta apasionante. Me permite aprender lo que más me gusta, adaptarme a lo que más se demanda, destacar de otros profesionales que ofrecen lo mismo que yo…
Y, además, puedo elegir hacerlo cuando quiera. Nadie te obliga a mejorar, solo tú decides hasta dónde quieres llegar y muy pocas profesiones te dan esa oportunidad. Yo no la voy a dejar pasar, ¿y tú?