Cuando llega enero, todas las empresas se sientan a planificar el próximo año, incluidas las diferentes acciones de marketing que se van a llevar a cabo. Al estar presente en este tipo de reuniones y preguntar qué objetivos quieren conseguir, siempre se escucha la misma respuesta: conseguir más clientes.
Vale, me parece lógico, pero también intento hacerles ver que hay un público al que están descartando con ese objetivo: los que ya HAN SIDO clientes. ¿Qué pasa con ellos?
Un ejemplo muy sencillo son las compañías de teléfono. No conozco a nadie que no le moleste que, siendo cliente, no pueda aprovecharse de las típicas ofertas y súper promociones que hacen SOLAMENTE a las nuevas altas.
¿Qué ocurre cuando se acaba la permanencia? Que la mayoría, enfadados por no haber recibido ninguna ventaja o promo durante nuestro tiempo con la compañía, nos vamos a la competencia. Además, lo hacemos cabreados y contándolo a todo el que nos pregunta por nuestra experiencia.
En definitiva, como usuario todo el mundo sabe lo importante que es que nos “mimen” cuando somos clientes de una empresa. Pero cuando se toman decisiones como negocio, se tiende a olvidar esto y dar prioridad a esas nuevas altas, nuevos clientes, que nos conozcan, ante todo.
¿En quién debería invertir?
La mayoría cree que es de sentido común centrar las acciones y el presupuesto solo en los que no nos conocen. Cuando quieres llegar a nuevas personas inviertes en campañas, generando necesidades, dando visibilidad a tu marca, haciendo que la gente hable de tu negocio…
Pero ¿crees que es lo más rentable? En un alto porcentaje esos anuncios llegan a personas que seguramente nunca van a convertirse en tus clientes. Cuando planificas tu marketing a medio y largo plazo, debes buscar otras opciones.
El experto en marketing te va a decir las acciones más adecuadas para esa captación de público nuevo, pero también abrirte los ojos sobre estrategias que no habías valorado.
Y una de las formas en las que más puedes crecer como negocio y conseguir nuevos clientes sin haber invertido en ello es crear estrategias de marketing para los clientes existentes.
Empezar a trabajar en ello es muy sencillo. Pensar acciones que favorezcan a los clientes que quieres fidelizar requiere mucho menos tiempo que crear estrategias de captación. ¿Por qué? Porque cuentas con métricas y datos sobre ellos.
Puedes conocer su edad, género, dónde viven, qué artículos les interesa, su frecuencia de compra… Tú eliges qué información tienes sobre tus clientes y cómo aplicarla para ofrecerles ventajas.
Sea como sea, valorando a los que confiaron en tu marca puedes obtener un montón de beneficios para tu negocio:
- Que vuelvan a comprar
- Que pongan una buena reseña sobre ti
- Que compartan su experiencia mediante el “boca a boca”
- Afianzar vuestra relación a largo plazo
- Conseguir una conversión con poca inversión
Esto no significa que no hagas acciones de captación, pero si estás planificando el próximo año, no te olvides de tus clientes existentes. Dedica tiempo y dinero en tu estrategia para este público.
No les generes un motivo de indignación, no hagas un tipo de marketing que beneficie solo al que no te conoce.
Para vender más hay que agradecer más y está en tu mano tenerlo en cuenta en los próximos meses.
Un cupón, un regalo, envío gratuito… Las formas de fidelizar son múltiples, tú decides cómo, cuándo y a quién. Pero por favor, no margines a aquellos a los que tanto tiempo y dinero te ha costado conseguir que se fijen en ti.
Así que ya sabes, dedicar tiempo a los que ya lo fueron y hacer que una compra puntual pueda convertirse en una fidelización, es una de las estrategias que te recomiendo incluir para este nuevo año. ¿Lo habías valorado?