Quienes me conocen saben de mi posicionamiento entorno a las personas (sujetos), como pieza fundamental y única variable en el desarrollo de cualquier proyecto y en la generación de VALOR o de CONTRAVALOR. Subordino el resto de los elementos que forman parte de nuestra cultura a “objetos” que han sido pensados, diseñados y construidos por personas para ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos. Pueden ser más o menos tangibles, un martillo, una bicicleta, un coche o un avión, … todos objetos muy tangibles. Cualquiera de los múltiples softwares que rodean nuestra vida, ya son menos tocables e incluso difíciles de percibir. A menudo se nos escapa que existen elementos aún menos tangibles y que no por eso son menos objetos, ahí tenemos las leyes y las normas, los procesos, las metodologías, el propio conocimiento, las ideologías y si me apuran las mismas religiones. Todos han sido y son desarrollados por personas con el objetivo de ayudarnos a desarrollar valor. ¿Qué es una empresa? ¿qué un modelo económico? ¿Qué un partido político o un sindicato? ¿Qué la física o las matemáticas?
Bitevol es un objeto, pensado y diseñado por Emilio (sujeto) y formado ya por un buen puñado de personas que, con nuestros respectivos objetos, aportamos valor y desarrollo entorno a una filosofía colaborativa, basada en la confianza y el compromiso y apoyada en la trasparencia y la generosidad. Con estos mimbres hacemos cestos para nuestros clientes, les ayudamos a desarrollar su propio valor, a alcanzar sus objetivos y en cada proyecto se generan entornos de aprendizaje, desaprendizaje y reaprendizaje en todas las direcciones.
Este grupo de personas entre las que me cuento, somos totalmente oficionadas ya que tenemos oficio y una gran afición por el mismo y por seguir desarrollándonos a través de éste. Disfrutar y hacer disfrutar de lo que hacemos, como lo hacemos y con quienes lo hacemos, se ha convertido en nuestra principal misión/visión y curiosamente, los resultados y el reconocimiento siempre llegan.
Mi total admiración y agradecimiento a todas y cada una de las personas que forman parte de esta red en continuo crecimiento y que se teje alrededor de una misma marca Bitevol, haciendo que la transformación digital vaya más allá y transforme también a las propias personas para las que y con las que trabajamos.